lunes, enero 22, 2007

Eragon

Yo fui a ver Eragon sin saber nada de los libros, de los cuales tampoco tengo ni la más mínima intención de leerlos porque no me gustan los libros de literatura fantástica -prefiero ver sus adaptaciones en cine y ocupar mi tiempo de lectura en géneros que me resulten más llamativos-. Por otra parte, también me parece que, sin ser la cosa más espectacular, profunda y/o impresionante está bastante decente y lo más importante: Entretenida. Porque resulta que cuando voy al cine, lo que busco es entretenimiento... No sé qué piensen los productores independientes, pero no me gusta eso de salir del teatro y salir con el cerebro en mantenimieto -los asuntos filosóficos mejor me tomo el tiempo de analizarlos en mi casa, con DVD a la mano para retroceder cuantas veces lo necesite para poder entender-. Mejor dicho, Eragon no necesitaba ser una megaproducción despampanante (y no me refiero a sus efectos especiales, bastante bien logrados y que dejan entrever una fuerte inversión); su trama simple y sin pretensiones son más que suficientes.

Además un pequeño detalle que de pronto a mucha gente se le pasa por alto: Una adaptación es una obra basada en otra, más no una copia fiel lo cual implica que el autor de la adaptación incluya sus propios cambios con el fin de no realizar una producción idéntica a su base. La intención de un autor al realizar una adaptación no es la de decir "ésta es tal historia" sino "esta es mi forma de ver tal historia" -recordemos que el arte es en esencia un trabajo subjetivo-. Hablando del tema ¿No han notado que casi todas las adaptaciones de obras propias de la cultura popular moderna ('cultura pop') son buenas para todo mundo, menos para los fanáticos de la obra original? Y es que si las adaptaciones comerciales buscaran satisfacer a los fanáticos, pasaría una de dos: O no recuperan la inversión, o ni siquiera alcanzan a realizarse -porque los fanáticos, en pocas palabras, suelen 'pedirle peras al olmo'-. El cine comercial busca ser convincente entre la mayor porción de público posible y es evidente que los fanáticos de la obra original no son más que una minoría y no justifica hacer una inversión tan grande dirigida a un sector que nunca podría remunerarla. Si lo que los fanáticos buscan una película de Eragon que les resulte convincente a ellos, éste no es el caso. Quizás por ello haya sido una inteligente decisión por parte de Square Enix la de sacar Final Fantasy VII: Advent Children sólo para el mercado casero: Una estrategia de mercadeo por la cual se reducen los gastos a un punto en el cual puedan ser remunerados y que de paso asegura que el producto sólo llegará a su mercado específico. Como de pronto no he sido muy claro en este aspecto, resumiré al decir que el común de los espectadores no buscamos que nos narren el libro en formato visual, sólo apreciar una producción cinematrográfica. Que el libro sea mucho mejor no quiere decir que la película sea mala, porque a mi parecer la película per se tiene méritos para no ser considerada como tal -es decir, la calidad de la película no tiene porqué medirse en relación al libro-. Que si bien se podría haber hecho algo que integrara el gusto del fanático con el del ciudadano común que no tiene ni idea de la existencia del libro, éste no fue el caso. Sin duda eso hubiera hecho un producto mucho mejor, pero el hecho de que no haya sido así no quiere decir que la película sea mala porque como ya dije, ésta tiene un valor por méritos propios.

Por último... Puede que haya similitudes entre los escenarios (y con ello me refiero no sólo a escenografía sino también a la época, al entorno, a la cultura y a las relaciones sociales) de El Señor de los Anillos y de Eragon, pero decir que la última sea copia de la primera me parece absurda. En primer lugar, la trama es totalmente diferente entre sí. Segundo, el escenario puede ser similar, pero definitivamente cada uno describe un mundo, ni tan siquiera paralelo, sino totalmente diferente ente sí. Otro punto que llega a confundir es el hecho de que el terreno de la literatura fantástica no ha sido algo muy explotado por los cineastas. Como hay pocas producciones de este género, tienden a ser comparadas entre sí aunque sus argumentos sean totalmente distintos -una especie de síndrome de pérdida del sentido de la novedad-. Caso contrario ocurre con otros géneros bastante explotados, digamos por ejemplo, el de acción. Dentro de éste hay tramas muy recurrentes (secuestro y rescate, terrorismo y desmantelamiento de redes, espionaje, etc.) pero sin embargo la gente parece tender a olvidar la similitud de tramas y más bien fijarse en los pequeños detalles que hacen una película de éstas ligeramente distintas la una de la otra ¿Por qué a Eragon, por el contrario, la están despedazando a punta de comparaciones que no tienen valor alguno y que más bien parecen "hechas por hacerlas"? Ni idea.

En conclusión... Eragon es una obra cinematográfica simple, sin pretensiones más allá de sus espectaculares efectos especiales y que logra mantener la atención de los espectadores a lo largo de toda la película sin llevarlos al tedio. En conclusión, una película para saciar las ganas de entretenimiento y salir satisfecho de la sala de cine.
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